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Nueva Zelanda lanza la aplicación global de impuestos criptográficos en 2026, requiriendo que los intercambios informen las transacciones para cerrar las lagunas fiscales.
Una represión global del impuesto a las criptomonedas a través del Marco de notificación de criptoactivos (CARF) comienza en Nueva Zelanda el 1 de abril de 2026, lo que requiere que los intercambios locales y extranjeros informen datos detallados de transacciones al Departamento de Impuestos Internos.
La medida tiene como objetivo cerrar una importante laguna fiscal, ya que el 80% de las cripto operaciones de los neozelandeses ocurren actualmente en plataformas offshore.
Entre junio de 2024 y junio de 2025, 188,000 personas intercambiaron NZ $ 7.2 mil millones en cripto a nivel nacional, con una pequeña fracción impulsando la mayor parte de la actividad.
CARF exigirá la presentación de informes sobre operaciones, swaps y grandes transferencias, incluidos datos personales, con datos compartidos automáticamente con las autoridades fiscales de la OCDE.
La criptomoneda es tratada como propiedad, haciendo que las ganancias de capital sean imponibles y las pérdidas deducibles.
El incumplimiento puede dar lugar a sanciones de hasta el 150% de los impuestos no pagados, intereses o cargos penales.
El IRD estima que CARF podría generar unos 50 millones de dólares en ingresos fiscales anuales.
New Zealand launches global crypto tax enforcement in 2026, requiring exchanges to report transactions to close tax loopholes.