Los grupos de ayuda católica luchan por prestar socorro en Myanmar en medio de restricciones militares tras un terremoto mortal.
Los grupos de ayuda católica se enfrentan a importantes dificultades para prestar socorro a Myanmar tras un terremoto de magnitud 7,7 el 28 de marzo, que causó la muerte de más de 2.800 personas. Las restricciones militares, incluidos los puestos de control y la confiscación de suministros, obstaculizan los esfuerzos de asistencia. El terremoto agravó una situación ya grave debido a la guerra civil en curso, que ha desplazado a millones de personas y agravado la inseguridad alimentaria. A pesar de estos obstáculos, los líderes católicos están pidiendo un alto el fuego para permitir que la ayuda humanitaria llegue a las comunidades afectadas. El Papa Francisco ha expresado sus condolencias y apoyado los esfuerzos de socorro.
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