El campamento juvenil de Nueva Zelanda es prometedor, pero se enfrenta a críticas sobre el personal, el diseño y el apoyo post-lanzamiento.
El campamento juvenil de Nueva Zelandia, destinado a reducir la reincidencia, ha recibido un examen mixto. Aunque según se informa, las actividades y la terapia de tipo militar mejoraron el bienestar y el rendimiento académico de los participantes, el programa se enfrentó a críticas por la insuficiencia de personal, la falta de aportaciones de los maoríes y el diseño apresurado. El Ministerio de la Infancia se ha enfrentado al escrutinio de los detalles del programa, incluidos los casos de "supuesta reincidencia" después de la liberación, con llamamientos a un mayor apoyo y participación de la comunidad.