Un nuevo estudio revela que reducir la presión arterial a 120 mm Hg beneficia a los pacientes con enfermedad renal, reduciendo los eventos cardíacos mayores.

Un nuevo estudio muestra que los beneficios de reducir la presión arterial a menos de 120 mm Hg, como se observó en el ensayo SPRINT, también se aplican a pacientes con enfermedad renal crónica en entornos del mundo real. Este enfoque intensivo redujo el riesgo de eventos cardiovasculares mayores y la muerte, aunque aumentó el riesgo de algunos eventos adversos como lesión renal aguda. La investigación, utilizando datos de la Administración de Salud de Veteranos y Kaiser Permanente del sur de California, sugiere que este tratamiento puede aplicarse efectivamente a pacientes similares en la práctica clínica.

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