El estudio encuentra que la genética influye fuertemente en los hábitos alimenticios quisquillosos de los niños, especialmente a medida que envejecen.

Un nuevo estudio en el Journal of Child Psychology and Psychiatry indica que la alimentación quisquillosa en los niños es en gran parte genética, ya que la genética representa el 60% de la quisquillosa alimentaria a los 16 meses y más del 74% entre los tres y los 13 años. La investigación, financiada por MQ Mental Health Research, analizó encuestas de padres de gemelos desde 16 meses hasta 13 años. Aunque las dietas compartidas en el hogar importaban más en la niñez, las experiencias individuales se volvieron más influyentes a medida que los niños envejecían.

Hace 3 meses
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