La muerte de un trabajador forestal dio lugar a cargos de seguridad contra dos empresas, destacando los riesgos en la industria maderera de Nueva Zelanda.

En junio de 2021, Jake Duncan, trabajador forestal de 23 años, fue asesinado cuando un tronco se soltó durante un método de tala llamado enchufamiento y puente en Tangoio, Nueva Zelanda. WorkSafe acusó a su empleador, Logged on Logging 2020 Limited, y a otra compañía, Forest Management (NZ) Limited, de fallos en salud y seguridad. El tribunal ordenó a Logged on Logging que pagara reparaciones, destacando la necesidad de una mejor evaluación del riesgo en la silvicultura, una industria con una alta tasa de mortalidad.

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