El presidente serbio Vučić acusa a las potencias extranjeras de respaldar las protestas, provocadas por un colapso de la estación de tren, para desestabilizar su país.
El presidente serbio Aleksandar Vučić ha acusado a los servicios de inteligencia extranjeros de intentar derrocar a su gobierno en medio de crecientes protestas que inicialmente fueron provocadas por un colapso de la estación de tren en Novi Sad que mató a 15 personas. Vučić afirma que las protestas son financiadas por Occidente y ha prometido no huir como el líder sirio Assad. También tiene previsto exponer la financiación extranjera destinada a desestabilizar Serbia y ha propuesto un proyecto de ley para registrar organizaciones con una importante financiación extranjera, suscitando preocupaciones acerca de la libertad de expresión.