El estudio revela que los entornos intestinales varían ampliamente, afectando la forma en que las personas procesan los alimentos de manera diferente.
Un nuevo estudio de la Universidad de Copenhague muestra que los entornos intestinales individuales influyen significativamente en la composición y actividad de las bacterias intestinales, explicando por qué las personas reaccionan de manera diferente al mismo alimento. Los investigadores tuvieron 50 participantes tragando una cápsula que midió el pH, la temperatura y la presión, revelando variaciones en los ambientes intestinales y los tiempos de digestión. El estudio, publicado en Nature Microbiology, destaca la necesidad de directrices nutricionales personalizadas para dar cuenta de estas diferencias.
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