Un estudio australiano revela inequidad en la atención de la salud mental, con zonas más pobres que enfrentan más dificultades y menos acceso.
Los investigadores australianos han descubierto que el sistema de atención de la salud mental del país no es equitativo, ya que los que viven en las zonas más pobres experimentan mayores niveles de sufrimiento mental, pero tienen menos acceso a los servicios. El estudio muestra que las personas de los hogares de ingresos más bajos tienen más probabilidades de tener problemas de salud mental, pero reciben seis veces menos servicios subvencionados por Medicare que los de las zonas más ricas. Si bien los servicios de salud mental de la comunidad pública contribuyen a reducir esta brecha, el acceso a la atención de la salud mental sigue siendo desigual.