Las fuerzas de oposición sirias han logrado avances significativos, amenazando el gobierno de Assad durante décadas.
A pesar de las esperanzas iniciales de reforma, el presidente sirio Bashar al-Assad ha mantenido un firme control del poder durante décadas, apoyado por los aliados Rusia, Irán y Hezbollah. Sin embargo, los acontecimientos recientes han sacudido esta estabilidad. Las fuerzas de la oposición, una vez afiliadas a Al Qaeda, han logrado avances significativos, capturando partes de Alepo y avanzando hacia Hama, debido a que los aliados de Assad enfrentan sus propios conflictos y presiones. Esto ha llevado a nuevas preguntas sobre la longevidad del régimen de Assad, que se ha visto empañado por la corrupción y la mala gestión, dejando cientos de miles de muertos y millones de desplazados.