Rusia se enfrenta a una inflación severa, con los precios de los alimentos en un 25% y tasas récord del 21% para combatirla.
Rusia está lidiando con una grave crisis de inflación, con los precios de la mantequilla, las carnes y las cebollas subiendo en aproximadamente un 25% con respecto al año pasado, y la inflación global se acerca al 10%. Esto es mucho más alto de lo esperado y está impulsado por el aumento de los salarios debido al gasto militar del Kremlin y la guerra en Ucrania. Para combatir la inflación, el banco central ha elevado los tipos de interés a un récord del 21%, pero los expertos predicen que las presiones pueden continuar. A pesar de las sanciones, Rusia sigue exportando petróleo y gas, especialmente a India y China, lo que contribuye al crecimiento de los ingresos estatales.