El impuesto sobre el carbono de Irlanda, introducido en 2010, tiene una eficacia mixta en la reducción de emisiones.

El impuesto sobre el carbono de Irlanda, introducido en 2010 para reducir las emisiones de carbono, ha sido objeto de críticas por no reducir significativamente las emisiones. Si bien las emisiones cayeron un 3% en 2019 y un 3,6% en 2020 debido a las restricciones COVID-19, aumentaron un 4,5% en 2021 debido al aumento del uso de carbón y petróleo. En 2022, las emisiones disminuyeron un 1,9% debido al aumento de los precios de los combustibles y a un mayor uso de las energías renovables. La eficacia del impuesto se debate, pero sigue siendo una parte clave de la transición de la economía verde de Irlanda.

November 17, 2024
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