La Universidad de Edimburgo puede recortar puestos de trabajo debido a la presión financiera de costos más altos y menor matrícula.
La Universidad de Edimburgo se enfrenta a posibles recortes de puestos de trabajo debido a las presiones financieras derivadas del aumento de los costos y la disminución de la matrícula estudiantil. El aumento de la canciller Rachel Reeves en las contribuciones del Seguro Nacional de los empleadores añade £45 millones a las facturas salariales de la universidad. La universidad, que se enfrenta a costes mensuales de 120 millones de libras esterlinas, puede imponer despidos obligatorios si las salidas voluntarias son insuficientes. Entre los problemas que se plantean figuran los aumentos de los gastos de personal relacionados con la pandemia y las dificultades para contratar a estudiantes internacionales.