Las provincias chinas extorsionan a las compañías costeras, afectando a cerca de 10.000 empresas, a pesar de la promesa de Beijing de frenar la práctica.
Algunos gobiernos provinciales chinos están recurriendo a la extorsión para aumentar sus presupuestos, apuntando a empresas privadas exitosas en regiones más ricas. Esta práctica, llamada "pesca de aguas distantes", involucra a gobiernos del interior acusando a las compañías costeras de fraude, congelando sus activos y obligándolas a pagar multas. Según se informa, casi 10.000 empresas han resultado afectadas. Aunque Beijing se ha comprometido a estandarizar tales acciones de aplicación, los críticos siguen preocupados por la seguridad de los empresarios en un sistema autoritario donde las leyes son controladas por el gobierno.
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