Un estudio revela que los niños pequeños pueden distinguir entre eventos improbables e imposibles, mejorando el aprendizaje.
Un estudio en la revista PNAS indica que los niños de 2 a 3 años pueden diferenciar entre eventos improbables e imposibles, con una memoria más fuerte para estos últimos. Conducida con 335 niños usando una máquina de goma llena de juguetes, la investigación encontró que escenarios inesperados e imposibles mejoran el aprendizaje al incitar a los niños a buscar explicaciones. El estudio destaca que la violación de las expectativas contribuye a una mejor retención y comprensión en los niños pequeños.
Hace 5 meses
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