Diez años después de Ferguson, los estudiantes negros en los Estados Unidos todavía enfrentan mayores tasas de suspensión, expulsión y traslado en comparación con los estudiantes blancos, con disparidades raciales que persisten.
Diez años después de Ferguson, los estudiantes negros en los Estados Unidos todavía enfrentan mayores tasas de suspensión, expulsión y traslado a escuelas alternativas en comparación con sus homólogos blancos, a pesar de algunos avances en la reducción de las tasas de suspensión para los estudiantes negros. Persisten las disparidades raciales, con estudiantes negros tres veces más propensos a ser suspendidos que estudiantes blancos y más propensos a sufrir castigos severos por razones subjetivas. La pandemia ha exacerbado el problema, y algunas escuelas han adoptado medidas disciplinarias más estrictas y han aumentado la participación de la policía. La Associated Press (AP) observó que, si bien se habían registrado mejoras en la reducción de las suspensiones para los estudiantes negros, persistían importantes disparidades, lo que ponía de relieve la necesidad de introducir reformas para abordar la justicia racial en el sistema educativo.