La primera prueba atómica de 1945 en Nuevo México afectó a las comunidades locales, con personas que viajaban con viento en un radio de 150 millas del lugar de la explosión experimentando exposición a la radiación y efectos en la salud.
El documental "Primero bombardeamos Nuevo México" destaca las consecuencias menos conocidas de la primera prueba atómica de EE.UU. en 1945, afectando a familias de ganaderos hispanos, residentes de la cuenca de Tularesa y mineros nativos americanos. La película se centra en los downwinders que viven a menos de 150 millas del lugar de la explosión, sufriendo exposición a la radiación y efectos sobre la salud como el cáncer. Un proyecto de ley aprobado por el Senado de los Estados Unidos reconoció a los downwinders, pero se estancó en la Cámara debido a preocupaciones de costos. El Consorcio de Downwinders de la Cuenca Tularosa está abogando por la reautorización y expansión de la Ley Federal de Compensación por Exposición a la Radiación para incluir a más personas expuestas al trabajo de armas nucleares realizado por el gobierno federal.