Los atletas de élite se enfrentan a desafíos con la salud mental y el uso de medicamentos, incluyendo posibles preocupaciones de dopaje.
Los atletas de élite se enfrentan a desafíos relacionados con problemas de salud mental y el uso de medicamentos, como reveló la retirada de la gimnasta Simone Biles de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El uso de medicamentos psicotrópicos, que afectan el estado de ánimo, los pensamientos, la percepción o el comportamiento, plantea preguntas sobre si su uso debe considerarse dopaje. Mientras que los antipsicóticos pueden afectar a los atletas, los estimulantes pueden mejorar el rendimiento, lo que se alinea con las razones para su inclusión en la Lista Prohibida de la WADA. El artículo destaca la complejidad de equilibrar las necesidades de salud mental de los atletas con las regulaciones antidopaje, ya que los efectos secundarios de los medicamentos podrían tener efectos que mejoran el rendimiento.