La terapia con ketamina para la salud mental gana popularidad, pero carece de regulación, ya que un estudio sobre veteranos revela resultados mixtos y genera preocupaciones entre los expertos.
La economía de la ketamina, que ofrece infusiones para problemas de salud mental, ha sido testigo de un aumento en las clínicas con fines de lucro y los ingresos alcanzaron los 3.1 mil millones de dólares en 2022, y se proyecta que se duplicarán a 6.9 mil millones de dólares para 2030. A pesar de la falta de aprobación de la FDA para el tratamiento de salud mental, el medicamento se ha vuelto cada vez más común en los EE. UU. debido a la desesperada necesidad de soluciones efectivas para afecciones como la depresión. El uso no autorizado de ketamina y la variabilidad en los protocolos de tratamiento, que van desde dosis bajas hasta cantidades que inducen alucinaciones, plantean preocupaciones sobre su seguridad y regulación.