Las ciudades australianas, incluida Perth, prueban la tecnología de tranvía sin rieles para reducir las emisiones, reducir el tráfico y reducir los costos, con un uso potencial en los Juegos Olímpicos de Brisbane de 2032.
Se está alentando a las ciudades australianas a adoptar la tecnología de tranvía sin rieles como método para reducir las emisiones, reducir el tráfico y aliviar la presión financiera de los hogares. Perth fue una de las primeras ciudades en probar la tecnología de bajas emisiones, que requiere sólo una quinta parte de la inversión de un tranvía tradicional. Se está considerando el uso de esta tecnología durante los Juegos Olímpicos de Brisbane de 2032 e involucra vehículos largos con neumáticos de goma en lugar de rieles, que son guiados por clavos magnéticos y sensores incrustados en las carreteras. Los tranvías sin rieles pueden funcionar con electricidad o con tecnología de pilas de combustible de hidrógeno, lo que reduce significativamente las emisiones en comparación con los vehículos de transporte público diésel. Pueden transportar hasta 300 pasajeros.